El oso pardo del Pirineo y la responsabilidad medioambiental
No entenderíamos cómo se puede proteger una especie animal como el oso pardo sin recurrir al inmenso territorio montañoso repleto de vegetación autóctona, donde el agua del deshielo de las cumbres llena numerosos estanques que hacen brotar fuentes y bañan, con ríos de agua cristalina, los prados y senderos donde pastan vacas pardas, potros, cabras y ovejas. Los Pirineos son un extenso territorio donde la cultura y la tradición conviven con el jardín botánico, paraíso por su fauna, que cuenta con tesoros como los rebecos, el quebrantahuesos, el urogallo y el oso pardo como joya más preciada.
La biodiversidad del ecosistema maduro de los bosques del Alt Pirineu tiene como paraguas este mamífero que estuvo en peligro de extinción debido a la persecución implacable del hombre. Muerta Cannelle en Francia, la última hembra autóctona, a finales de 2004, quedaba agotada su reproducción lo que hacía necesaria una reintroducción y, gracias a la legislación de la UE, se incluyó en la categoría de máxima protección. Proyectos como LIFE y Piroslife han ayudado a financiarla.
Casi 2 metros de altura y peso hasta 240 kilos los machos y 170 las hembras, dan gran respeto al mamífero más grande de Europa. Un animal tímido, poco agresivo y difícil de toparse hay por su gran olfato y oído, que evita las confrontaciones. Sólo atacan cuando se ven amenazados o sorprendidos y por ello, es importante no salir de los senderos señalizados, caminar tranquilamente observando alrededor y haciéndose notar hablando en voz alta.
Osos procedentes de Eslovenia, de características físicas y biológicas similares a los autóctonos, han permitido que la reintroducción del oso pardo sea todo un éxito y, mayoritariamente, aceptada por parte del hombre. Las osas, de condición poliándrica y ovulación diferida, engañan sus machos parejos, evitando el infanticidio y consiguiendo que sus crías durante el año y medio que conviven, sobrevivan. En 2011 se localizó una osa con tres cachorros y otra con al menos una; en 2012 fue detectada una osa con dos crías y otra con un cachorro; en 2013 se constató la reproducción de dos osas, con tres huesecillos en total; en 2014, se localizaron cinco osas con siete cachorros; en 2015, fueron tres osas con seis pequeños y en el censo de 2016 se encontraron 5 osas con 10 crías. En 2017 se han detectado cuatro osas con siete crías y en 2018 dos osas con cuatro cachorros. En 2019 dicen haber visto 7 cachorros de 4 osos y 2 bajas. Actualmente se pueden contar 52 ejemplares a lo largo de todos los Pirineos.
Tener el medio natural del Pirineo apto para dar cabida a todas las especies que en ellos se han reunido a lo largo de los años, es mantener la biodiversidad necesaria para hacer el entorno humano más saludable. Es de todos sabido que la responsabilidad mediambiental es de todos. Tener cuidado de nuestro entorno es cuidar de nosotros y del resto de hombres y mujeres que viven de él y en él y de los que a pesar de no viviendo alimentan de sus productos.
El Parque Natural del Alto Pirineo (69.000 hectáreas y declarado en 2003) fue propuesto zona de protección de su hábitat por DEPANA y el Centre Excursionista de Catalunya. Este espacio protegido es una de las dos zonas reproductoras del oso pirenaico y por lo tanto es clave para el futuro de la especie. DEPANA también apoyó la inclusión en la Red Natura 2000 de las zonas más importantes para la conservación del oso en el Valle de Aran. También tiene por objetivo la creación de nuevas figuras de protección y la ampliación de las actuales.
No es de extrañar pues, que se haga plantación de árboles frutales para mejorar la alimentación del oso pardo ya que de la buena alimentación veraniega dependerá que la ovulación diferida de las hembras termine siendo preñadas los 4 meses entre el otoño y el invierno que es cuando paren. Isil (Pallars Sobirà) fue una localidad donde se llevó a cabo plantación de árboles frutales desde noviembre de 2009. Actualmente se ven más dentro del parque natural.
¿Qué hacer si nos encontramos con un oso? Aunque la probabilidad de encontrarnos en un es muy baja, hay que seguir unas pautas:
- Si no nos ha detectado, mejor retirarnos despacio sin correr ni alertarle.
- No obstaculizar su camino ni sus vías de huida.
- Si nos ha detectado, conservar la calma e ir retirando hacernos despacio sin hacer ruido ni abuchearle ni amenazarlo, demostrando que no somos un peligro.
- Si fuera una hembra con sus crías, nunca ponerse en medio.
- Si lo vemos a distancia segura, disfrutamos de la observación y nunca acercarnos para hacer fotos o verlo mejor. Siempre a distancia.
Y, sobre todo, no hacer como el conductor que el pasado 15 de agosto en Somiedo, Asturias, bajó del coche acercándose a un oso que había atropellado y que huía, a pesar de las heridas, saltando la valla protectora de la carretera. Sólo la responsabilidad humana puede permitir la convivencia con la naturaleza. Obviamente, el oso herido se marchó cuando hubiera podido responder atacando a su agresor, pero afortunadamente, no debería sentirse con fuerzas y optó por buscar refugio en la vegetación. Tener sentido común es el mejor de todos los sentidos en estos casos. Deseo que no haya sufrido lesiones graves y se mejore si no lo encuentran los equipos de rescate de FAPAS, Fondo para la Protección de los Animales Salvajes.
A todo esto, quisiera recordar que las empresas de nuestro país deben ser responsables con el medio ambiente y que en caso de que su empresa el contamine, será la Administración Pública la que los requerirá REPARAR todos los daños al medio ambiente: el suelo, al agua ya las especies silvestres y hábitats protegidos y daños en la costa. La Reparación puede ser de tres niveles, Primaria, Complementaria y / o compensatoria. Cualquiera de ellas puede llegar a ser tanto costosa que ponga en peligro la continuidad del negocio. Es por ello que la contratación de un seguro de responsabilidad medioambiental, en según qué actividades es muy necesaria y conveniente.