Obesidad: más allá del “come menos y muévete más”

Durante años, el discurso sobre la obesidad se ha reducido a un mensaje tan simple como culpabilizador: “come menos y muévete más”. Pero la ciencia actual nos dice que ese relato es incompleto, injusto y sobre todo ineficaz. La obesidad no es pereza ni gula. Es una enfermedad crónica, multifactorial y de base biológica que exige una mirada mucho más profunda.
La obesidad como enfermedad crònica
Los expertos ya la reconocen como una enfermedad progresiva que tiende a empeorar si no se trata. [1]. No hablemos sólo de peso: la obesidad está relacionada con diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño y varios tipos de cáncer. Además, afecta a la calidad de vida e incrementa el estigma social.
Verla como una enfermedad no es excusa: es el punto de partida para entender que requiere prevención, tratamiento y recursos sanitarios específicos, como cualquier otra patología crónica.
El sistema de energía que se desajusta
El cuerpo humano tiene un sofisticado mecanismo de homeóstasis energética que procura mantener estable el peso equilibrando la ingesta y el gasto energético. [2]. Cuando hacemos dieta y perdemos kilos, este sistema actúa para volver al “punto defendido” de grasa corporal: desciende el consumo energético y aumenta el apetito. Es lo que se llama termogénesis adaptativa [3].
Esto explica por qué es tan difícil mantener la pérdida de peso: no carece de fuerza de voluntad, sino la propia biología jugando en contra.
La leptina: una hormona que el cerebro deja de escuchar
La leptina es una hormona producida por el tejido adiposo que informa al cerebro de cuando ya es suficiente con comer. En personas con obesidad, los niveles de leptina son altos, pero el cerebro no responde: es el fenómeno conocido como resistencia a la leptina [4].
En consecuencia, la señal de “saciedad” no llega, el apetito aumenta y el cuerpo se resiste a perder grasa. Una desconexión biológica que alimenta el círculo vicioso de la obesidad.
La grasa como órgano endocrino
Uno de los grandes descubrimientos de los últimos 20 años es que el tejido adiposo es un órgano endocríno activo. [5] No es sólo un almacén de energía: produce hormonas y citoquinas inflamatorias que alteran la función de la insulina, la leptina y otras vías metabólicas.
Esta inflamación crónica de bajo grado es uno de los motores invisibles de muchas enfermedades metabólicas.
Factores ambientales que agravan el problema
Junto a los mecanismos biológicos, existen también factores externos que modulan el riesgo:
- Disruptores endocrinos (plásticos, pesticidas, bisfenol A, ftalats) que alteran las señales hormonales.
- Microbiota intestinal desequilibrada, que aumenta la absorción de calorías y la inflamación.
- Entornos obesogénicos, con alimentos ultraprocesados accessibles y escasez de espacios para la actividad física.
Todo esto dibuja un panorama donde la voluntad individual tiene un papel, pero no es el único ni el más decisivo.
¿Qué significa todo esto para la prevención?
El mensaje está claro: la prevención de la obesidad debe mirar mucho más allá de la báscula.
- Es necesario promover entornos saludables, con políticas que limiten tóxicos y fomenten una alimentación de calidad.
- La microbiota puede cuidarse con una dieta rica en fibra, vegetales frescos y menos ultraprocesados.
- La desestigmatización es imprescindible: culpar a la persona es tan injusto como contraproducente.
- Y sobre todo, hay que entender que prevenir es más efectivo que intentar revertir después, porque el cuerpo tiene mecanismos que dificultan mantener la pérdida de peso.
Mirar más allá de mitos y culpas
El reto de la obesidad es inmenso: afecta a millones de personas en el mundo y tiene un coste social y económico enorme. Pero el primer paso es romper con los mitos simplistas.
No es una cuestión de holgazanería o de gula, sino un cóctel de señales erróneas, inflamación y entorno adverso. Entenderlo nos ayuda a actuar con mayor empatía, ciencia y eficacia.
La próxima vez que alguien diga “come menos y muévete más”, recuerda que el cuerpo humano es mucho más complejo que eso. Y que la prevención y la salud comienzan por mirar más allá de la báscula.
1 Obesity as a Disease 2 Obesity Pathogenesis 3International Journal of Obesity 4Nutrients 5Nature Medicine