Hablemos sobre el Cáncer de próstata
El cáncer de próstata, para mí, hace algunos años, era una enfermedad más de tantas que existen y a la que no le había prestado ninguna atención.
Por un lado, es normal, soy mujer y por tanto no soy una potencial enferma de dicho cáncer.
Por otro, siempre vivo mirando hacia adelante sin pensar qué puede ocurrirnos el día menos esperado.
Pues bien hace ya casi 10 años, a mi marido le diagnosticaron un cáncer de próstata sin haber tenido la menor sospecha.
Ya lo dicen, lo malo de dicho cáncer es que apenas da síntomas para que cuando se diagnostica pueda ser que esté en una fase muy avanzada.
La edad, los antecedentes familiares y el grupo étnico son los factores de riesgo más comunes de un cáncer que es, a día de hoy, el segundo más frecuente entre los hombres, siendo más habitual que desarrollen este tipo de cáncer los varones africanos y afrocaribeño, los mayores de 60 años o aquellos que tengan un familiar padre o hermano al que hayan diagnosticado dicha enfermedad.
En el caso de mi marido, su abuelo paterno fue el que falleció a consecuencia de cáncer de próstata a los 80 años y si hubiera tenido en cuenta las recomendaciones que detallamos en el artículo La prevención del Cáncer de próstata, hubiera asistido a las visitas de prevención que tenía garantizadas en póliza, con anterioridad, quizás no se lo hubieran detectado en una fase tan avanzada.
¿Qué ocurrió pues?, que después de los resultados de las pruebas médicas, el resultado de las analíticas, dio un PSA muy superior a la media normal, lo que requirieron más pruebas hasta que el urólogo con el que se visitó le diagnosticó una situación con muy mal pronóstico.
El urólogo Dtor. Francesc Serrallach Orejas de Creu Blanca de Barcelona ante la disyuntiva de no poder hacer nada y mandarlo a casa con un antiinflamatorio o un analgésico cualquiera y decirle que era tan grave su situación que no valía la pena hacer nada más, nos lo confesó meses más tarde, optó por coger un papelito y anotar Dtor. Richard Gaston de la ELSAN Clinique Saint Augustin en Bordeaux, y decir, poneros en contacto con él. Si entráis en la página web de la Clínica le contáis que os envío yo y que queréis saber si cree que es operable.
Primero quisiera comentar que Richard Gaston es una eminencia en cirugía prostatectomía radical por laparoscopia y es el jefe del gabinete de urología de dicha clínica en Francia. Es un pionero en la utilización del ya conocido robot Da Vinci. Pero eso para nosotros, en un momento de choque, no significaba nada.
Os puedo confesar que tuve que asimilarlo durante 24 horas para decidir que ponerme en contacto con el Dr. Gaston era nuestra única esperanza. Ni os cuento la paralización que sufría mi marido. De todos modos, desde Dracma movilizamos cielo y tierra contactando con la aseguradora con la que teníamos contratada la póliza de salud de la empresa de mi marido y acudimos a la Segunda Opinión Médica a la vez que solicitaba audiencia y diagnóstico por parte del Dr. Gaston.
Después de 14 años de trabajar colectivos de salud para empresa, desde nuestra correduría de seguros Dracma, tuve la ocasión de comprobar directamente cuando una compañía aseguradora está contigo respaldándote y te ayuda a tomar las decisiones más acertadas.
A las 48 horas de recibir la mala noticia, ya teníamos un correo que nos corroboraba el diagnóstico recibido y decía que podía ser operado con un elevado porcentaje de éxito.
Entonces, nos enviaron el presupuesto de dicha intervención y estancia hospitalaria y tras ser consultado a la aseguradora, nos confirmaron lo que me temía, que en aquel momento la operación con el sistema robótico da Vinci no quedaba cubierta. A pesar de ello, nos aceptaban todo el coste que supuso las pruebas, estancia y tratamiento posterior.
Actualmente dicho sistema está cubierto hasta un límite, así como el seguimiento de las enfermedades graves como puede ser el cáncer, garantías que puedes recibir como servicio y atención en un plan de salud privado.
No hay que decir que, ante una prueba de fuego como esta, sale de ti todo el valor que a veces nunca pensaste que tendrías. No hablamos nunca de las posibilidades de fracaso y siempre de lo que debíamos hacer para que fuera un éxito.
Costara lo que costara, la vida es lo primero y ni que hubiera tenido que vender una joia, por ejemplo, era la mejor inversión que podíamos hacer en aquel momento.
En pocos días, no recuerdo muy bien, recibimos el primer informe de la Segunda Opinión. Provenía de un centro de urología muy reputado de Barcelona. En nuestro país contamos con muy buenos urólogos y la primera pregunta que se nos planteaba era, ¿por qué ir a Francia cuando aquí hay tan buenos urólogos?
Más tarde averigüé que casi todos los urólogos que se encuentran con dicha situación en sus propias carnes se trataban con el Dr. Gaston.
Investigamos qué urólogos era los que mejor podían operar dicho tumor maligno por el tamaño, y por la experiencia en la última tecnología y se visitó con un par de ellos.
Todos coincidían en el diagnóstico y tratamiento, pero ¿qué fue que nos decantó ir a un país desconocido, al menos en temas de salud? Era lejos, tuvimos que recorrer 674 kms. en coche pues así teníamos la distracción del paisaje y parecía que el regreso sería menos traumático que ir en avión. Fuimos solos. No tuvimos ni la compañía de los hijos ni otros familiares que nos animaran.
Por un lado, los presupuestos recibidos de los centros hospitalarios de Barcelona eran un poco más elevados, no demasiado, pero no había detalle alguno. En cambio, el que recibimos de la ELSAN Clinique Saint Augustin detallaban todos los costes paso a paso, pudiendo gracias a ello, poder recuperar parte de dicho gasto como reembolso de la póliza de salud que teníamos en aquel momento.
La primera impresión cuando conocimos al Dr. Gaston fue que era una persona muy humana y cercana. Nos explicó con todo detalle cómo se realizaría la operación y cuando la operación hubo finalizado vino a verme a la habitación para decirme que la operación había sido técnicamente un éxito, se había realizado en menos tiempo del previsto y que mi marido no se moriría de aquello.
El segundo informe de la Segunda Opinión Médica nos llegó justo cuando ya estaba ingresado y su lectura me tranquilizó enormemente, pues dentro de las diferentes opciones que aconsejaban, en una, la que decía la utilización de la laparoscopia en robot, aconsejaba que fuera realizada por un gran experto en dicha técnica. El Dr. Gaston era el cirujano que más operaciones había realizado con dicho robot. Actualmente más de 5.000.
He de confesar también que, yo creo mucho en la medicina natural y que gracias a un amigo bioquímico al que no puedo nombrar, seguimos un plan de preparación ante y post la operación que estoy segura ayudó muy mucho que todo fuera un éxito.
Tanto la alimentación, la homeopatía como otras medicinas naturales influyeron para que durante la operación no tuviera un desangrado exagerado y así aumentar la eficiencia de la misma. De hecho, duró la mitad del tiempo previsto.
El regreso fue placentero. Yo, hasta el día antes de nuestra partida, no me había movido de la clínica y aproveche entonces para hacer un paseo por esa ciudad tan bonita como es Burdeos.
Volvimos sin prisas y nos paramos en un hotelito al pie de las murallas de Carcassone. El, con la sonda puesta, se atrevió a pasear tranquilamente por una ciudad medieval que por la época y días que era, estaba a nuestra disposición y la recorrimos con gran placer disfrutando de sus calles, su comida y sus tiendas.
Al día siguiente continuamos el viaje a casa y llegamos muy alegres y optimistas.
Dentro de poco hará 10 años de todo eso y mi marido siguió el tratamiento posterior aconsejado y corroborado por el Dr. Gaston aquí en Barcelona recuperándose y encontrándose en perfecto estado físico en la actualidad.
¿Por qué me importa hablar sobre el Cáncer de próstata? Supongo que ahora todos los que habréis leído este escrito lo habéis entendido.
La buena noticia añadida a todo ello es que ahora el sistema robótico da Vinci está cubierto por los planes de salud que Dracma aconseja y en los que también está incluida la prevención de dicho cáncer.
La Segunda Opinión Médica para mi fue un respiro pues tuvimos la certeza de que habíamos decidido lo correcto.
Esta garantía, para mí, es una de las que tiene un plan de salud privado que da mayor tranquilidad y ayuda a tomar decisiones muy difíciles en momentos críticos.
Después de todo lo que pasamos os podemos sentir muy afortunados.