Sin duda, cuando un ransomware ataca los sistemas informáticos de una empresa, hay dos opciones, una, pagar el rescate o dos, estar parado hasta que los técnicos forenses se vean capaces de desencriptar toda la información atacada. Por supuesto esto último tiene el agravante de no saber, en el tiempo, la magnitud de la tragedia, qué datos son los afectados, si son personales de terceros a los que deberemos rendir cuentas o son confidenciales de la organización y de la fabricación que nos podrá impedir seguir con normalidad nuestro trabajo. Un ataque con extorsión produce una gran confusión. Hay casos que la actividad se ha frenado más de un mes con las consecuencias que eso lleva, sin facturar, sin cobrar de clientes, sin pagar a las fechas comprometidas pagos obligados, que pueden ser de proveedores o de la administración pública, etc. En este último caso, con sus sanciones futuras por fuera de plazos. Todo ello indica que un ciberseguro que, garantice el pago de una extorsión y los honorarios y gastos incurridos por un especialista que ayude en la gestión y negociación del rescate, es de una gran ayuda. La rapidez en solucionar un ataque como el de Garmin que, en 5 días, dicen haber superado las trabas a la comunicación digital, es sin duda el resultado de haber podido realizar el pago millonario de 10 millones de dólares, que muchas empresas no habrían podido realizar si no hubiese sido, con total seguridad, por un buen contrato de ciberseguro.
Para más información de la noticia publicada ayer en el Periódico
Si quieres saber más información sobre ciberriesgos, visita nuestra sección o contáctanos en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.