Hay una frase lapidaria de Delight Lab en Santiago de Chile, comentada por Rocco de Alessandro en su blog, sobre la que vale la pena reflexionar y que queremos compartir. Dice así: La verdad, bonita o fea, dependiendo de cómo la queramos interpretar, es que "no volveremos a la normalidad, porque la normalidad era el problema". Algo microscópico, el COVID-19, ha puesto en jaque nuestra identidad, atacando nuestro sistema de defensa, haciendo peligrar nuestra vida cotidiana, llamada normalidad. Posiblemente, la pesadilla de hoy, en un futuro inmediato quién sabe si será un punto de inflexión, una oportunidad única para cambiar nuestras perspectivas y mejorar nuestro estilo de vida.
Porque, de hecho, ni en nuestras ciudades ni en nuestro estilo de vida hay nada saludable. Si hacemos de esto una oportunidad, iniciaremos una nueva vida con nuevas perspectivas. Lo que nos preocupa hoy quizás pronto no tenga sentido, porque habremos cambiado. Estamos sufriendo un confinamiento forzado, acorralados por un virus desconocido y obligados a reflexionar. Se nos pide un gran sacrificio, no sólo individual, sino colectivo, al estar todos en el mismo barco. Un compromiso personal para un bien comunitario. El futuro, que nadie lo conoce y que asusta, unidos hacia una misma dirección puede ser mejor. Nunca, como ahora, tener poca fe en nuestra especie significa tener poca confianza en nosotros mismos. Vivamos el confinamiento con confianza para salir adelante. ¡Quédate en casa!
Maria Torra, gerente de DRACMA