Algunos ayuntamientos, como el de Cunit, han decidido recuperar el uso de glifosato para hacer un plan de choque para erradicar la presencia de hierbas en las calles. El glifosato es un herbicida "probablemente cancerígeno" según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que muchos municipios han prohibido por el riesgo que supone para los ciudadanos y las personas que lo han de manipular. La vulnerabilidad de la salud de los ciudadanos de cualquier municipio está en manos de las decisiones de sus representantes del ayuntamiento, que al mismo tiempo asumen la responsabilidad civil. Jugar con la salud de las personas puede tener un precio muy alto.